"Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la HISTORIA de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, tal y como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden.” Lucas 1:1-3 VRV1960


martes, 26 de julio de 2011

Hacia una visión cristiana de la Historia

El artículo que leerá a continuación se extrajo del Capítulo II del libro: "América, 500 años después", cuyo autor es Alberto Mottesi. Hemos agregado algunos datos históricos que no aparecen en el capítulo antes mencionado, sin embargo, con ello no se ha alterado el contenido de lo expuesto por el autor.

I.- ¿En qué consiste la historia cristiana?

Está todavía por escribirse la historia cristiana de nuestro continente [y del mundo, también].

Al hablar de la “historia cristiana” de un pueblo, me refiero a una interpretación cristiana de la historia. Esta considera la historia como parte del plan universal que Dios viene desenvolviendo desde la creación. Los dos elementos son la obra de Dios y la preservación de ella por el hombre.

Esta perspectiva de la historia les parecerá a muchos algo imposible, a otros algo indeseable. Ese es el fruto del pensamiento modernista de nuestra civilización contemporánea. Sin embargo, hasta el siglo XVIII, la inmensa mayoría de los pensadores reconocía a Dios como el Autor de la historia.

En los dos últimos siglos se ha abandonado poco a poco esa visión providencial de la historia. El “providencialismo” ha sido relegado al museo de las ideas descartadas, y en su lugar se han erguido interpretaciones económicas, funcionalistas, existencialistas, revisionistas, etc., todas ellas antropocéntricas, mirando la historia a través del prisma humano, no desde la perspectiva de Dios.

En mi generación se ha popularizado el uso del concepto alemán de la “weltanschaung”, o cosmovisión. Esto se refiere más o menos al conjunto de ideas directrices sobre las que basan su conducta tanto los hombres como las sociedades. En la era moderna ha habido un cambio gradual pero profundo, verdaderamente revolucionario en la cosmovisión del mundo occidental.

En la concepción clásica, Dios era el centro del Universo, no sólo de la historia. Los principales pensadores de todas las disciplinas, fueran o no religiosos, tomaban en cuenta la mano de Dios en cada aspecto de la vida humana.
René Descarte
1.- René Descartes, padre de la filosofía moderna, dice que la certeza de toda verdad depende exclusivamente del conocimiento de Dios.
En su "Discurso del Método", Descartes aporta una serie de pruebas para demostrar la existencia de Dios:


a.- Las sustancias finitas se mantienen gracias a la creación  continua de Dios.

 b.- El mundo se mueve gracias al primer impulso recibido de Dios.
Descartes concluye que: "yo como ser finito puedo hacerme una idea finita de infinitud. la causa es Dios. Luego Dios existe (argumento ontológico: mezcla las creencias particulares al pensamiento racional). Puesto que Dios existe y es perfecto, no me puede engañar. A mi me da la impresión de que lo que capto a través de los sentidos existe. Si no existiera Dios, me angañaría"

2.- Sir William Blackstone, el codificador del Derecho inglés, define la ley como toda regla de acción dictada por un ser superior.
3.- En las ciencias, Isaac Newton, Johannes Kepler, Louis Pasteur y muchísimos otros basaron sus teorías científicas sobre la fe en Dios.
4.- En las artes modernas Milton, Rembrandt, Durero, Haendel, Bach, e infinidad de otros, testificaron de su fe en Dios.
Desde la más temprana antigüedad se ha vinculado a Dios con la formación y legitimación de naciones, dinastías y gobiernos civiles. Recordemos la identificación del gobernante con la divinidad en Asiria, en Caldea, Babilonia, Egipto, Roma, y en el Perú incaico.
Por muchos siglos se apelaba al Papa como legitimador de coronas reales, desde Constantino hasta Napoleón. La misma legitimidad para gobernar se basó en el “derecho divino” de los reyes, y se plasmó claramente en la Bula Inter Caetera que dividió el mundo por descubrirse entre dos reinos católicos, España y Portugal, bajo la autoridad “misionera”.
Comenzando con la Declaración de Independencia de los Estados Unidos (“todos los hombres son creados iguales, y dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables…”) prácticamente todas las repúblicas americanas fundaron sus nacionalidades sobre la autoridad de Dios. Esto se refleja en nuestros documentos, himnos y símbolos patrios:

  1. La Declaración de Independencia de México invoca al “Autor de la Naturaleza”
  2. La de las “Provincias Unidas de Sud América “ (actual Argentina) invoca al “Eterno que preside el Universo"
  3. El Acta de la Independencia de las Provincias Unidas de Venezuela pone "por testigo" al Ser Supremo "...rafiticándole, en el momento en que nacemos a la dignidad, que su providencia nos restituye el deseo de vivir y morir libres".
  4. El General José de San Martín en la Catedral de Lima, declaró: "El Perú desde este momento es libre por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende".
  5. La Constitución uruguaya de 1830 comienza: "En el nombre de Dios Todo Poderoso, Autor, Legislador y Conservador Supremo del Universo"
  6. El nombre de la República de El Salvador, hace referencia a Jesucristo.
  7. El escudo de República Dominicana tiene como emblema: "Dios, Patria y Libertad" y entre sus íconos, está una Biblia y una cruz.
  8. El escudo de Puerto Rico incluye un cordero, una cruz, una Biblia y un trono, cuatro símbolos claramente cristianos.



Por otra parte, toda cosmovisión tiene que ofrecer una interpretación de la historia, particularmente de su fin:

a) El budismo, por ejemplo, concibe la vida cíclicamente. A través de la reencarnación, los seres humanos viven una y otra vez hasta alcanzar la perfección.
b) El marxismo, por otra parte, convierte a la lucha de clases en el motor de la historia, y predice la victoria inevitable del comunismo y la dictadura del proletariado que desembocará en el socialismo.
c) El humanismo secular postula la bondad intrínseca del hombre. La evolución y la perfectibilidad humana llevan al "noble salvaje" a terminar siendo "como Dios".
d) La cosmovisión cristiana declara que Dios es Señor de todo. la historia es el desarrollo del plan de dios desde la creación hasta el día final, revelado en la Biblia.
El problema de cómo interviene Dios en la historia ha sido resuelto de varias maneras. Para unos Dios sólo establece las "Reglas del juego" y espera a que se cumpla el tiempo. Para otros, me incluyo en este grupo, Dios es un Dios personal, quien se interesa e interviene en la historia, tanto individual como colectiva.





Pablo de Tarso
El primer ideólogo cristiano, Pablo de Tarso, egresado de la escuela de Gamaliel, pronunció un famoso discurso en el que plasma escueta y claramente la teoría cristiana de la historia. Su notoriedad le había ganado una invitación para dirigirse a los más sabios de su época, los filósofos epicúreos y estoicos. El sitio es nada menos que el Areópago de Atenas, la capital intelectual del helenismo. Dijo Pablo:
El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.
Y de una sangre ha hecho todo linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios (…) aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.
Porque en él vivimos, y nos movemos y somos (…) Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.
Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos (Hechos 17:24-28a ; 29-31).

Para asistir al lector a que se interese en estudiar más a fondo mi interpretación de este pasaje de la palabra de Dios, añadiré otras porciones de la Sagrada Escritura que la confirman.
1.      Dios es el dueño del mundo y Señor de todo lo creado. El es el Señor del cielo y de la tierra. “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra…” 
2.      Todos los hombres fueron creados iguales. De una sangre ha hecho todo linaje humano. “…de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres…” El origen de la igualdad se basa en que somos creación de Dios. De ahí la gran diferencia entre la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, “todos los hombres han sido creados iguales”, y la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, “todos los hombres nacen iguales”.
3.      Dios es es también el Autor de la historia y de las fronteras. …ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación…” La historia es pues el escenario en que se desarrolla el destino humano según el plan divino. Esto nos da un rico terreno de investigación para interpretar la historia cristiana de cada una de nuestras naciones.Desde el principio Dios preparó un medio natural (geografía, topografía, clima, etc.) sobre el cual planificó nuestra existencia, tanto nacional como personal. Corresponde al ser humano aprovechar tales elementos naturales dados para cumplir el plan de dios. Este plan lo revela la escritura como la felicidad humana mediante la prédica del evangelio y el cumplimiento de sus leyes.“En tus manos están mis tiempos…” (Salmo 31:15) ; “Antes que te formase en el vientre te conocí…” (Jeremías 1:5). 
4.      Existe un propósito espiritual para la historia de cada nación.…para que busquen a Dios…”   Dios tiene para cada individuo y cada naciòn un papel històrico que desempeñar.
 5.   La historia se precipita hacia un día de enjuiciamiento. "...ha establecido (Dios) un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó..."Dios no sólo va a evaluar los frutos de nuestro pasar por esta tierra, sino también cómo respondimo en las oportunidades  que  El nos dió para obedecerle. El nos llama  a  afectar  la  historia en una forma positiva (...) Muchas  de  las catástrofes naturales, económicas, epidémica  y  de  otro  tipo,   que   se  ven hoy en dìa, son consecuencia de la idolatrìa y falta de honra a las leyes  de  Dios por parte de los habitantes de esa nación. Son simplemente el juicio de Dios, Creador y Dueño de  todo.
II.- La importancia de una interpretación criatiana de la historia
Descubrir la mano de Dios en el pasado de nuestros pueblos es descubrir que Dios tiene amor y cuidado por nosotros. Nos hace sentir aceptados (...) nos ayuda a enfrentar el pasado sin rencor, el presente sin envidia y el futuro sin temor (...) Somos herederos de una rica tradición histórica cristiana, a la que muchos debemos, y que es un regalo de Dios para nuestra generación. No es una tradición perfecta como también lo sabemos todos, pero tampoco es algo para avergonzarnos. Aprender de los errores de nuestros padres, sin lanzar reproches, es la marca de que somos maduros, sabios y leales.
La interpretación respetuosa y cabal de la obra de nuestros antepasados sólo es posible cuando la vemos desde la perspectiva del plan providencial de Dios. Los errores de los seres humanos que en toda época abundan, no alcanzan para descarrillar el designio bondadoso de Dios. 
Como a nuestros padres, debemos honrar a nuestros antepasados a pesar de sus errores. Si por el contrario nos convertimos en sus jueces ésto sólo puede llevarnos a repetir sus errores. Jesús dijo: "...con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medis, os será medido" (Mateo 7:2) .
La interpretación cristiana del pasado nos libra, por lo tanto, del rencor. Pero también nos libra del peso de la culpabilidad por los errores del pasado, ya que nos ofrece una oportunidad redentora para el presente.
Dios juzga los pecados de los padres, y ese enjuiciamiento tiene consecuencia para todos, incluso para las generaciones venideras. "...yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen" (Deuteronomio 5:9).
En la vigésima generación desde la llegada de los españoles no podemos achacar nuestros problemas de hoy directamente a su conducta. En cambio, tenemos que ver en ella patrones que han sido voluntariamente aceptados de generación en generación  y que nos ha traído desdicha de generación en generación.
De hecho, la interpretación cristiana de la historia nos ofrece la oportunidad sanadora en el día de hoy. A la promesa de "visitar" las consecuencias de la maldad de los padres sobre sus hijos, agrega Dios la inefable promesa redentora: "...y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos" (Deuteronomio 5:10).
Dios promete así una herencia de misericordia para los cristianos, para aquellos que se vuelven a El y le obedecen. Así que no estamos esclavizados al yugo del pasado, no estamos condenados a repetirlo, sino que en Cristo y sólo Cristo podemos ser dueños de nuestro destino.
Como Dios es el Dios de la historia, Dios es también el Señor del presente. El obra e interviene en nuestras vidas, tanto en relación con los individuos, como en relación con las naciones. La historia cristiana tiene en cuenta que las circunstancias externas de los pueblos y de los individuos son el resultado de su condición interior.
La historia cristiana nos inspira a buscar soluciones radicales más bien que cosméticas. Reconoce que la fuente del problema es el pecado en el corazón del hombre; no los sistemas. Los sistemas son sólo tan bueno como los seres humanos que se valen de ellos.
Los cristianos de cada generación, como portadores del mensaje redentor de Cristo, tienen la llave de la felicidad de sus naciones. Si vivimos nuestras vidas consistentemente con el mensaje que predicamos, tanto nuestros conciudadanos como Dios responderán positivamente. Ellos, acercándose a Cristo, la Verdad que los hará libres; El, perdonando y sanado nuestra tierra: "Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra" (2Crónicas 7:14).                                                              
Dios es Señor de la historia, actuando en ella a través de los seres humanos para cumplir sus propósitos. La historia es como una coparticipación humana en la empresa divina. La perspectiva cristiana es esencialmente optimista, ya que ve todo como parte del plan de un Dios bueno; pero al mismo tiempo es profundamente realista, ya que reconoce que el hombre es un ser caído, pero con esperanzas, sólo si responde al llamado de Dios y reconoce que Dios es el Creador y Señor de todo el Universo.


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El Dr. Alberto Mottesi es uno de los conferencistas más conocidos y respetados en el mundo hispanoamericano.
Sus seminarios de liderazgo atraen anualmente a miles de líderes de todos los contextos, y sus reuniones multitudinarias se cuentan entre algunos de los movimientos masivos más grandes en la historia del pueblo hispano. En los últimos 30 años, ha predicado en persona, a más de 20 millones de seres humanos.
Se le conoce por su ministerio a presidentes, gobernantes y políticos en todos los países de habla castellana. El periodismo lo ha denominado "El Pastor de los Presidentes." Ha llamado la atención de la prensa el fuerte llamado que Alberto Mottesi hace a los líderes de las naciones para que vivan una vida de integridad.