"Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la HISTORIA de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, tal y como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden.” Lucas 1:1-3 VRV1960


martes, 9 de agosto de 2011

Derechos de Propiedad y Libertad Individual. Segunda Parte

En en artículo anterior, se expuso que el socialismo, no permite los derechos de propiedad y libertad individual y que de manera coercitiva, trata de anular estos derechos. El socialismo igualmente, enseña que cuando un individuo trata de obtener ganacia con sus propiedades, ésta no es honrosa y que por lo tanto, la ganancia que se origina a través de los medios de producción deben y tienen que ser para el Estado. 

A continuación, se trasncribe la importancia que tiene la ganancia en la compra/venta y la libertad económica, desde el punto de vista bíblico, expuesto por  el Dr. Alvin J. Schmidt en su libro "Impacto Demoledor".
"Cuando en el Antiguo y Nuevo Testamento se afirma que el obrero es digno de su salario, como ya se ha señalado, sencillamente supone que el que emplea al trabajador debe ser capaz de obtener una ganancia, porque sin ganancia no podía pagarle al trabajador. En la parábola de Los Talentos, Jesús legitima la ganancia como motivación, porque la parábola elogia al que hizo una inversión y duplicó sus cinco talentos, sin embargo, halla incorrecto y castiga al que por timidez no invirtió su único talento. Así que la creencia de que la ganancia como motivación es mala y pecaminosa no viene de la Biblia ni de la teología cristiana. Fue Carlos Marx, quien dijo que la ganancia, que igualó con lo que llamó plusvalía, era producto del trabajo no retribuido a los obreros. De modo que, según Marx, la ganancia es la explotación de los trabajadores. La Gran Enciclopedia Soviética refleja esta creencia marxista cuando afirma: "Bajo el capitalismo, la categoría de ganancia es una forma convertida de la plusvalía, la materialización del salario no pagado al trabajador, del que los capitalistas se apropian sin compensación". Es común que muchos intelectuales frecuentemente abriguen ideas socialistas(...) Es verdad que se ha abusado con las utilidades - y la ética cristiana no condona abusos de ninguna especie-, pero el potencial de abuso no convierte en malas ganancias (no más que abusar de la comida, de la cual se abusa con mucha frecuencia).
(...)

..el sistema basado en la libertad económica permite que la gente que es dueña de sus tierras, bienes inmuebles, empresas, negocios e industrias se anime y se dedique a atenderlas con más energía que cuando son más letárgicos dependientes de otros. El socialismo solo podía tener resultados si los seres humano fuesen individuos sin pecado que siempre quieren lo mejor para su prójimo. Sin embargo, ese tipo de persona no existe. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento enseñan que el hombre cayó, que es una criatura pecadora y que no busca en primer lugar el bienestar de su prójimo. El salmista dice: "Yo sé que soy malo de nacimiento; pecador me coincibió mi madre" (Salmo 51:5). En forma similar, el Apóstol Pablo declara: "Pues todos han pecado y están destituídos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23).

Así, aunque el cristianismo no aboga por cierta ideología económica, su apoyo a la libertad humana y al derecho de la propiedad privada proporciona un terreno fértil para la existencia de la libre empresa como sistema económico, en contraste con la economía planificada u obligatoria como la del socialismo y el comunismo, donde se ve gravemente disminuida la libertad humana y se pronscribe la propiedad privada. El cristianismo no se opone a que la gente sea económica (sic) y productiva, lo que puede - y suele ocurrir así- resultar en el enriquecimiento de muchos individuos. Abraham fue uno de ellos. No se le condena a él ni a su riqueza en la Biblia. En la parábola del joven rico, Cristo no condena la posesión de riquezas, sino el apego que tiene el rico por sus posesiones.

Aunque el cristianismo no se opone al enriquecimiento de algunos individuos, no cuenta con la riqueza como un fin en sí. Siempre se ha esperado que los cristiano usen las riquezas adquiridas para la gloria de Dios y para el bienestar de su prójimo, como solían enfatizar Lutero y Calvino. 
En conclusión: El cristianismo produjo profundos efectos económicos al dar la dignidad al trabajo y acentuar la libertad individual. Paul Johnson dice que "el cristianismo fue una de las principales fuerzas dinámicas en la revolución agrícola en la que se apoyó finalmente la prosperidad de la Europa occidental, y fue el sentido inquietante del tiempo y la ansiedad por cumplir, la urgencia inevitable de avanzar y llegar lo que dio a los hombres  en Occidente la voluntad de industrializar y crear nuestra moderna estructura material". Además, "el cristianismo proveyó el código moral, el ejercicio y la disciplina - tan buena como su destino- que habilitó al inflexible ejército del progreso para avanzar hacia el futuro".

Finalmente, y en forma contraria a lo que se supone, la dignidad del trabajo y la libertad económica del individuo no pueden existir en una sociedad socialista o no democrática. (el subrayado y las negrillas son nuestras). Como afirma Milton Friedman en su libro Capitalism and Freedom: "Una sociedad socialista no puede al mismo tiempo ser democrática, en el sentido de garantizar la libertad individual". Como se ha mostrado antes, la libertad económica y la libertad individual son inseparables. Ambas son producto de la ética cristiana".

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* Alvin J. Schmidt, "El trabajo y la libertad económica, dignificados" en: Alvin J. Schmidt, Impacto Demoledor. Editorial Vida. 2004. pp.226-227;231-232;234.

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